Para que ahora ahora disfrutemos de los innumerables
conocimientos económicos existentes, ha tenido que haber un origen y, sobre todo,
una historia que haya propiciado este avance y profesionalización del
pensamiento económico.
El comienzo de la actividad económica se remonta
a las ciudades-estado de Sumeria (al sur de la antigua Mesopotamia), donde se
vio necesaria una estructuración de la actividad legal y financiera de los
compras, ventas e intercambios. Así, con esta necesidad, se confeccionaron los primeros
Códigos de Comercio en los que se regulaban, por escrito, un sistema de
precios, tasas de interés, multas por incumplimiento de contratos, reglas de
herencia y leyes relativas a la propiedad privada.
Además, fue la primera civilización en establecer lo que hoy llamamos "economía de mercado" decretando un precio base a
los alimentos de primera necesidad, que fue recogido en un primer Código Legal.
El pensamiento económico se remonta así a principios
de la época griega, mesopotámica, romana, hindú, china y árabe. Entre los
escritores más notables de estas zonas geográficas destacan Aristóteles,
Chanakya (también conocido como Kautilya), Qin Shi Huang, Tomás de Aquino e Ibn
Khaldun. Sin embargo, en el siglo XIX, Joseph Schumpeter consideró a la
escolástica tardía de los siglos XIV a XVII, como los verdaderos iniciadores y
fundadores de la economía científica, desarrolladores de la primera política monetaria,
el interés y la teoría del valor dentro de la perspectiva del derecho natural.
Chanakya, padre del
pensamiento económico
Sin embargo, gracias a las recientes investigaciones sobre
el origen de la actividad económica científica, se ha descubierto que el
verdadero padre es el erudito indio filósofo Chanakya (340-293 a.C.),
anterior a Ibn Khaldun en milenio y medio, precursor de la economía moderna, y
quien expuso por escrito de manera más amplia y pormenorizada esta materia y en particular, acerca de la economía política. Su obra más importante, Arthashastra, es el primer registro
escrito en el que se explica los conceptos económicos del coste de oportunidad, la
demanda-marco de suministro, los rendimientos decrecientes, el análisis
marginal, los bienes públicos, la distinción entre el corto y largo plazo, la
información asimétrica y el excedente de producción.
Mercantilismo, fisiocratismo y
liberalismo económico
Tras la Edad Media, surgieron dos nuevos movimientos económicos más
próximos al nacionalismo y capitalismo europeo: el Mercantilismo y el Fisiocratismo.
El Mercantilismo se trata de una doctrina económica que se puso de manifiesto
en Europa desde el siglo XVI al XVIII. Esta corriente sostiene que la riqueza
de un Estado depende de la cantidad que tenga de oro y plata y de su
posibilidad de obtenerlos. Es decir, si se posee minas, se tiene mejor nivel
económico. Si no, se debe hacer exportaciones a cambio de oro y plata y, al
efectuar las importaciones, que la cantidad de estos materiales sea la mínima
posible o, mejor, si se hace la compra a cambio de otros productos, de tal
manera que no suponga un gasto de estos minerales.
Los fisiócratas, por su parte, fueron un grupo de pensadores de origen
francés dirigidos por François Quesnay que, a partir del siglo XVIII, desarrollaron una nueva ideología
económica basada en la renta y la producción. Adam Smith describió su
sistema "con todas sus imperfecciones" como "tal vez la más pura
aproximación a la verdad que todavía no se ha publicado" sobre este
tema.
Así, los fisiócratas, se opusieron a la política mercantilista de
promover la fabricación y el comercio a expensas de la agricultura, incluidos
los aranceles de importación. Los fisiócratas, defendían la idea de
sustituir la recaudación de impuestos, con un subsidio único sobre la renta de
los propietarios de la tierra. Otras opciones sobre un impuesto semejante a la
tierra han sido reflexionadas y estudiadas por los economistas posteriores
(incluyendo a Henry George un siglo más tarde). En reacción contra la abundante
normativa comercial mercantilista, los fisiócratas abogaron por una política
de laissez-faire, que requería una intervención mínima del Estado
en el sistema económico.
De esta manera, los fisiócratas, se opusieron a la política
mercantilista de promover la fabricación y el comercio a expensas de la
agricultura, incluidos los aranceles de importación.
Los fisiócratas, defendían la idea de sustituir la recaudación de
impuestos, con un subsidio único sobre la renta de los propietarios de la
tierra. Otras opciones sobre un impuesto semejante a la tierra han sido
reflexionadas y estudiadas por los economistas posteriores (incluyendo a Henry
George un siglo más tarde). En reacción contra la abundante normativa comercial
mercantilista, los fisiócratas abogaron por una política de laissez-faire, que
requería una intervención mínima del Estado en el sistema económico.
Es en este punto, también a partir del siglo XVIII, donde nace el Liberalismo de Adam Smith, como
teoría económica que, con algunas variaciones, ha vivido hasta nuestros días
basado en la propiedad privada y el uso de los recursos del Estado para el
bienestar de las persona a través de la redistribución de la renta y los
servicios asistenciales, pese a que la forma de entender estos principios ha
llevado a interpretaciones muy diversas pasando por los neoclásicos hasta
el marxismo y el capitalismo (ya sea desde el keynesianismo con
mayor intervención estatal en la economía a través del gasto público o el
monetarismo apoyándose en la oferta monetaria como variable para
controlar la economía).
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