Volvemos con un artículo explicativo sobre una de las bases de la empresa: sus objetivos y la obtención de rentabilidad. En otros artículos posteriores veremos más cosillas sobre la empresa, no solo desde el punto de vista de la teoría económica y financiera, sino también de la contabilidad.
Así, aunque parezca algo muy obvio, los objetivos básicos de una empresa son conseguir el máximo beneficio y la mayor rentabilidad posibles. Pero vamos a especificar estos dos conceptos y los vamos a ver en la práctica con un ejemplo.
El beneficio, como sabemos, es la diferencia entre los ingresos y los gastos:
Beneficio = Ingresos - Gastos
Sin embargo, no todas las cantidades obtenidas por esta diferencia suponen el mismo beneficio, aunque aparentemente sí lo parezca. Un ejemplo:
Una empresa "A" vende un artículo por 18000 €, cuando le ha costado producirlo 15000 €. El beneficio será entonces de 3000 €;
Beneficio = Ingresos - Gastos; Beneficio = 18000 - 15000; Beneficio = 3000 €
Otra empresa "B" vende un artículo por 54000 €, pero le ha costado producirlo 51000 €. Por tanto, siguiendo la misma ecuación que en el caso anterior:
Beneficio = 54000 - 51000; Beneficio = 3000 €
Podemos decir con este sencillo ejemplo que ambas han obtenido el mismo beneficio: 3000 €. Sin embargo, esto no es cierto, ya que la empresa "A" ha desembolsado una cantidad menor en la producción del bien que la empresa "B", que le ha supuesto un mayor esfuerzo económico. De esta forma, vamos a conocer cuál es la verdadera rentabilidad económica de cada empresa con una sencilla regla de tres:
La empresa "A" ha obtenido 3000 € de beneficio en la diferencia de 18000 € ingresados y 15000 € gastados:
De 15000 € invertidos ------------------------------ obtiene 3000 € de beneficio
De 100 € invertidos --------------------------------- obtiene R (Rentabilidad);
3000 x 100
R = –––––––––––– = 20; es decir, la rentabilidad de la empresa "A" es de un 20 %.
15000
3000 x 100
R = –––––––––––– = 5,88; es decir, la rentabilidad de la empresa "B" es un 5,88 %
51000
Así, comprobamos que aunque ambas empresas a priori obtienen la misma cantidad de beneficios, no tienen la misma rentabilidad. Por tanto, la rentabilidad económica podemos definirla como el tanto por ciento que supone el beneficio obtenido sobre el importe invertido.
Hay un término que he utilizado para especificar el tipo de rentabilidad en el ejemplo anterior: económica. ¿Por qué lo he puesto si parece obvio? Porque ahora voy a explicar el otro tipo de rentabilidad que puede obtener una empresa: la rentabilidad social.
Es preciso aclarar que las empresas no siempre priman la rentabilidad económica, sino que otorgan mayor importancia a la rentabilidad social. ¿Pero qué es? Muy sencillo: es obtener unos fines sociales. Pero, ¿qué empresas prefieren esta rentabilidad? Unas de las más importantes son la Seguridad Social y la Educación. Para los hospitales y centros de salud que forman parte de la Seguridad Social, su prioridad no es cobrar una cantidad económica a los clientes, ni, por tanto, obtener una rentabilidad económica, sino que su prioridad es cuidar, ayudar y curar a sus pacientes de la mejor manera posible. Igualmente, la Educación Pública y Concertada tienen como finalidad educar y enseñar a sus alumnos. A pesar de ello, también requieren ambos servicios una inversión de la que se encarga el Estado y pagamos todos. Cuanto mejor rentabilice el Estado sus inversiones y sus recursos, mejores servicios ofrecerá y mayor beneficio obtendremos los ciudadanos.