sábado, 31 de octubre de 2015

¿Un Estado discrecional, ineficiente e hipócrita?

Muy buenas, si queréis leer este artículo escrito por mí, entrad en "http://www.eluniversitario.es/?p=993"

Leedlo y compartirlo. Muchas gracias.

1 comentario:

  1. Pues sí Neila.
    Te propongo leer esto que sigue. Va referido a Bolívar, el apelado "Libertador" y que en el fondo de su contrita y revoltosa alma de perdulario, no había otra cosa que la Gran América, un territorio cinco veces más amplio que Europa. ¿Era un sueño o una diarrea mental del fogoso criollo adinerado que dilapidó una fortuna en su juventud, con mujeres, juego y otras cosas; y que llegado un momento se vio destinado a la tarea de emancipación de los Virreinatos y Capitanías de los territorios españoles en el subcontinente y en el mezo continente?
    Uno de sus Generales -Carreño- que hizo las guerras con Simón Bolívar, pariente suyo además, como casi todos sus allegados y edecanes, estaba cansado de buscar una luz de esperanza en aquel viaje de ciegos –esto sucede cuando Bolívar se retira asediado por la codicia de Santander, Páez y otros-, incapaz de seguir viviendo sin alma; y había resuelto escapar a Venezuela para ponerse al frente de un movimiento armado en favor de la integridad.
    No se me ocurre nada más digno, concluyó.
    Y tú qué te crees: ¿Qué serás mejor tratado en Venezuela?, le preguntó Bolívar.
    Carreño no se atrevió a afirmarlo.
    Bueno, pero al menos allá es la patria,
    No seas pendejo, dijo Bolívar. Para nosotros la patria es América, y toda está igual: sin remedio.
    No lo dejó seguir más. Le habló muy largo, mostrándole en cada palabra lo que parecía ser su corazón por dentro, aunque ni Carreño ni nadie había de saber nunca si en realidad lo era. Al final le dio una palmadita en la espalda, y lo dejó en las tinieblas.
    No delires más, Carreño, le dijo. Esto se lo llevó el carajo.
    Este episodio verdadero se parece a una interpretación del mejor Shakespeare.
    Si conocemos, como lo es por mi parte, la trayectoria de Bolívar y su interesante acoplamiento en la emancipación de los territorios españoles, algo que en sus años mozos ni se le pasaba por la cabeza; si pasó de perdedor en la guerra que hasta salió huyendo en la batalla de Puerto Cabello. Con estas palabras de Karl Marx queda reflejado ese entusiasmo desvaído que tenía el después encumbrado criollo: La pérdida de la plaza de Puerto Cabello en la Primera República, Marx la describe como una huida cobarde y a escondidas de Bolívar para ocultarse en San Mateo y con posterioridad participar, personalmente, en el asalto y detención de Miranda, el verdadero cerebro de la emancipación, en La Guaira, traicionándolo de esta forma al entregarlo engrillado al general español Monteverde -quien lo envió a Cádiz donde luego moriría en el Penal de San Felipe-. Esta traición la reseña Marx como debidamente recompensada con la expedición del pasaporte español a Bolívar, en reconocimiento por su servicio prestado al Rey de España con la entrega de Miranda.
    Pues ni más ni menos, Neila: esa es la verdad. Después vinieron otros acontecimientos, un poco de suerte y, sobretodo el descalabro de la Metrópoli, el Reino de España, a la sazón reinado con carácter absoluto por el inolvidable y aborrecible "Narizotas" Fernando VII, del que hasta hoy llegan aún sus impecables meteduras de pata.
    Esta es la política.

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